Un llamado a la concertación y coherencia
La Identidad Adventista debería afectar a todos los ministerios de la iglesia, entre ellos el de la música.
En la Revista del Anciano en español, Octubre-Diciembre del 2005, ante la pregunta: - ¿Cómo debemos resolver los desacuerdos suscitados a raíz del tema de la música en la iglesia? - se dio la siguiente respuesta: -La iglesia (Asociación General), preocupada por orientar a sus miembros sobre este tema, preparó un documento sobre la “Filosofía Adventista Del Séptimo Día con Relación a la Música”-.
El Departamento de Música de la División Sudamericana ha publicado un material titulado: “LA MÚSICA EN LA IGLESIA, vehículo de adoración y loor”. -Sugerimos adquirirlo por favor-.
La Revista Adventista en español también ha publicado varios artículos sobre la música adventista, tales como:
- “Los instrumentos musicales del templo”, RA-Junio-2004.
- “Filosofía Adventista del Séptimo Día acerca de la Música”, RA-Septiembre-2005.
- “Orientaciones con relación a la Música para la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica”, RA-Septiembre-2005.
- “Efectos positivos y negativos de la música sobre la mente”, RA-Septiembre-2005.
- “¿Puede haber rock cristiano?”, RA-Junio-2006.
- “¿Show o alabanza?”, RA–Agosto-2006.
-“Tiempo de desechar, para ganar”, RA-Noviembre-2007.
…entre otros.
Por su parte nuestra editora ACES, últimamente ha publicado el libro “LA MÚSICA, su influencia en la vida del cristiano”, que entre otros temas pertinentes y actuales, se trata de una compilación de consejos de la hermana Elena G. de White con relación a la música. -Sugerimos adquirirlo por favor-.
Como vemos, nuestros Ministerios de Publicaciones están interesados y hacen denodados esfuerzos por instruirnos, orientarnos y preservar los valores musicales de nuestra iglesia. Sin embargo no sucede lo mismo con nuestros Ministerios de Comunicaciones, Productoras musicales y Ministerios de la Música. Naturalmente surge las siguientes preguntas: ¿Por qué existe tal incoherencia? ¿A caso no pertenecen a la misma organización? Si pertenecen a la misma iglesia, ¿No deberían predicar un mismo mensaje, en mutuo acuerdo y basados en los mismos principios? ¿No deberían tener la misma Identidad Adventista?
Pues en la Filosofía Adventista, acerca de las producciones musicales dice lo siguiente: “La música presentada en las estaciones de radio y canales de televisión que son propiedad de la iglesia, también deben reflejar nuestros valores musicales.”
Es nuestro único propósito, si fuere posible, hacer un llamado a una concertación. En este caso, pongamos en práctica nuestros valores musicales en nuestros Medios de comunicación y Producciones musicales “adventistas”. Como lo dice el pastor David Brizuela en su artículo, publicado en la RA, Junio del 2006: “La identidad cristiana afecta a todos los órdenes de la vida”, nosotros diríamos: La Identidad Adventista debería afectar a todos los ministerios de la iglesia, entre ellos el de la música.
¿Para qué surgió el pueblo adventista?
Sabemos que somos el pueblo especial, escogido por Dios, que surgió por disposición divina para guiar al mundo, y no para ser guiados por el; Para develar, predicar y cantarle el mensaje de los tres ángeles: ¡Temed a Dios! Pero, ¿Estamos temiendo a Dios cantándole canciones con ritmos bailables y diciéndole a los ángeles bailen, salten y alborótense con nosotros? o ¿Pretendemos decirle o cantarle al mundo: ¡Oh mundo, cambia de rumbo y únete al pueblo de Dios!, cuando –especialmente en la música- los que estamos cambiando de rumbo somos nosotros y estamos yendo en pos del mundo musical? ¿Cómo podremos predicarle al mundo con sus propios ritmos y con las modas que el impone? Sin darnos cuenta, estamos predicando (a nuestros hermanos) pero un gran ejemplo de infidelidad al Señor y a sus principios bíblicos (musicales) que ha establecido para su adoración genuina; al ser flexibles y al someternos ante los gustos, modas y ritmos mundanos, que sin duda alguna, son las estatuas de oro modernas.
Pues meditemos por un momento, ¿Hay alguna diferencia entre un ritmo secular y otro ritmo secular? ¿Por qué en nuestra iglesia se producen y permiten ritmos como el Rock, Pop o Baladas matizadas con Ópera como “alabanzas” al Señor; más no se permitiría una Cumbia, un Vallenato o tal vez una Ranchera u otro ritmo pagano? ¿Acaso todos estos ritmos no fueron creados para otros fines y menos para rendir una genuina adoración a nuestro Dios? ¿No será que estamos actuando con incoherencia e indiferencia?
Apreciados líderes de nuestra amada iglesia, ya es momento que seamos coherentes en nuestros mensajes escritos o hablados y nuestros mensajes cantados, que el mundo vea que somos el pueblo que verdaderamente espera al Señor, ya es momento que volvamos a nuestros orígenes, es momento que nuestras producciones musicales, [que, hasta en días sábados se promocionan], sean más para los oídos celestiales y menos para los gustos terrenales. Es hora que dediquemos un poquito de tiempo a este importante ministerio, ministerio con el cual hemos sido lo suficientemente indiferentes. Abramos nuestros ojos para ver que estamos yendo en pos de sectas religiosas y del mundo musical. Estamos permitiendo que en nuestras iglesias se presenten predicaciones con estilos de procedencia dominico-seculares: No habladas, pero sí cantadas; No desde el púlpito, pero sí desde la plataforma; No en nuestras publicaciones escritas, pero sí en nuestras cadenas de radio y televisión; No en nuestros Congresos espirituales; pero sí en los Campamentos y conciertos.
Lo más lamentable es que la gran mayoría de hogares y familias adventistas no saben, ni pueden elegir música sacra, acorde con los principios bíblicos -que sí existen al respecto-; mas aceptan y consumen todo lo que se les ofrece; como debe ser.
Conclusión.
Para terminar esta reflexión, quisiéramos evocar este versículo: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.” (2 Juan 1:9-11)
El apóstol del amor, no tuvo reparos en señalar lo incorrecto y el error que se estaba impartiendo como verdades. Como mencionó un pastor: “Algunos hermanos confunden que tener amor es no decir absolutamente nada y, por ende acomodarnos a convivir con el error y el pecado; pero si así fuera, no hubiese sido necesario la venida de un Salvador para salvar al mundo del pecado. Tal pensamiento no es coherente con la Biblia y el amor de Dios.”
Si el Señor nos hizo siervos suyos, no es sólo para mirar o escuchar y aceptar todo lo que llega a nuestras manos, sino que debemos discernir, opinar y decir la verdad con amor y, compartir el amor con la verdad; no con métodos y estilos secularizados, pues no provienen de la Verdad, no son de Jesús.
Deseo y oración.
Queremos resaltar que no es nuestra intención, ni en lo más mínimo, criticar o afectar a nuestra amada iglesia, pues sabemos y siempre recordamos que a lo largo de la historia de este mundo, desde la creación hasta el fin, en cada época y lugar, el Señor siempre ha hecho surgir y ha tenido un pueblo especial, un pueblo diferente de los demás, un pueblo santo, apartado para él, apartado de las cosas y modas que el mundo os ha ofrecido en su respectiva época. Y estamos convencidos que nuestra Iglesia Adventista del Séptimo Día es el último pueblo remanente que el Señor ha hecho surgir en la tierra. Las profecías bíblicas así lo declaran. Por ello, nunca haremos ni diremos algo que mengüe o afecte a la iglesia; más estamos eternamente agradecidos porque un día el Señor nos llamó a formar parte de su pueblo escogido, para conocer y dar a conocer sus verdades, su voluntad y sus bienaventuradas promesas. Con todo, no podemos ni debemos guardar este mensaje sólo para nosotros, ni privarles a nuestros hermanos esta verdad en cumplimiento, ni dejarlos en la absoluta oscuridad al respecto.
Si fuere posible, tan sólo deseamos que nuestros líderes vuelquen un poquito sus miradas a este importante ministerio, que revisen y supervisen los testimonios y mensajes cantados que se vienen ofreciendo desde varios años atrás. Pues, con la ayuda del Señor, satisfactoriamente estamos avanzando en muchos aspectos de nuestra misión; pero por algunos gustos o intereses humanos, tristemente estamos descuidando y retrocediendo en otros. Así se torna más difícil culminar la tarea encomendada por nuestro Señor.
Si usted es un hermano nuestro, un hermano adventista, le invitamos a orar y pedir al Señor, para que pronto redireccione a su Barco, como ya lo ha hecho en otros temas espirituales que son vitales para nuestra salvación, como la “Comunión & Santidad” y “Adoración & Salud”. Así también, anhelamos que pronto se realicen reformas en el Ministerio de la Música, ya que tiene implicancias eternas. ¡Luz y principios tenemos! bibliografía también. Si así es la voluntad del Señor, que toda la honra y la gloria sea para él; si así no fuere, sólo atinamos a recordarle, a usted estimado hermano, que en el tiempo de confusión, el Señor sabrá quienes le adoran “en espíritu y en verdad”.
¡El Señor nos ilumine e ilumine a todos nuestros líderes! Es nuestro deseo y oración.
|